Las familias en situación vulnerable de la Comunidad de Madrid necesitan una alimentación sana. La falsa solución de la Comunidad de Madrid, con menús de Telepizza, de calorías vacías agravan la situación de menores que presentan los peores índices de obesidad infantil. La pequeña producción ecológica local puede ser la respuesta a la emergencia sanitaria y necesita apoyo institucional para afrontar esta crisis sanitaria y la socioeconómica que le sucederá. Buena parte de la comida para escolares con menú de precio reducido puede salir de las huertas y proyectos productivos agrecológicos de la región.
“Buena parte de la comida para escolares con menú de precio reducido puede salir de las huertas y proyectos productivos agrecológicos de la región”. Desde hace días en la plataforma Madrid Agroecológico estamos valorando la capacidad para ofrecer una alternativa a la fast-food para colectivos vulnerables. Los proyectos periurbanos, complementados por redes agroecológicas en la Vera y la huerta valenciana, pueden aportar de manera inmediata verduras, hortalizas, panadería de calidad y fruta. Quieren mostrar que hay alternativas a Telepizza y la comida basura para alimentar los hogares más vulnerables y denunciar la polémica medida de Díaz-Ayuso, que carece de los mínimos criterios nutricionales en un momento de crisis sanitaria, en el que es más importante que nunca una adecuada alimentación que refuerce el sistema inmunológico.
Alimentación saludable, más importante aún en tiempos de pandemia.
El cierre de los colegios ha dejado en una situación de mayor vulnerabilidad aún a las familias que reciben el bono alimentación escolar por RMI (Renta Mínima de Inserción). En muchas ocasiones el almuerzo en el comedor escolar suponía el único plato nutritivo y saludable para esas niñas y niños.
La respuesta de la Comunidad de Madrid ha sido confiar la elaboración de los menús infantiles de las familias con beca comedor a la grandes cadenas como Telepizza y Rodilla, sin atender a los criterios de nutrición que la misma Comunidad de Madrid recomienda en su Guía de Consejo Nutricional para Padres y Familiares de Escolares. No han dado ninguna explicación para tomar esta decisión, ni siquiera la mayor capacidad de distribución que las grandes empresas podrían aportar. Ya había una estructura con capacidad para prestar el servicio de comedores escolares, pero despidieron en cuanto se declaró la alarma, desestimando y desvalorizándolos.
En estos momentos de reclusión, las autoridades nos recuerdan que es importante mantener pautas saludables de alimentación, lo que contribuye a mejorar las defensas de nuestro organismo. Sin embargo, la Comunidad de Madrid recurre a empresas con menús muy deficientes, poco equilibrados, que no cumplen los estándares de calidad nutricional, con exceso de procesados, grasas e hidratos refinados y apenas alimentos frescos. Son menús destinados precisamente a un colectivo que de por sí arrastra los peores índices de obesidad infantil, tal como pusieron de manifiesto los estudios de Madrid Salud en 2017 y 2019. Sus menús con calorías vacías no harán sino agravar la situación, especialmente si tenemos en cuenta que por el confinamiento, los niños y niñas ven muy reducida su actividad física.

Patata. Ecosecha
Conflicto de intereses: gana la gran empresa.
El miércoles 11 de marzo se cerraron todos los centros educativos de la Comunidad de Madrid y automáticamente el gobierno regional rescindió los contratos con las empresas que prestaban sus servicios. Unos días después Diaz-Ayuso anunció que contrataría a Telepizza y Rodilla.
Desmantelan las redes más justas para los servicios de ámbito público y luego contratan grandes empresas amigas. No es de extrañar que la Comunidad de Madrid se haya lanzado a esta propuesta, pues en nuestra región hay un claro múltiple conflicto de intereses. La Fundación Española de la Nutrición (FEN), que se encarga de evaluar la calidad de la comida que llega a los comedores escolares de la CAM, es una empresa privada promovida por las grandes empresas de la industria agroalimentaria, entre las que están Nestlé, McDonalds, Coca-Cola, Quirón Salud —el gigante de la sanidad privada—, Campofrío, Pepsico y, por supuesto, Telepizza. Algunas de estas empresas se aprovechan de la situación de alerta y de los contactos con la administración regional. La medida de Díaz-Ayuso, respaldada por el Ministerio de Salud, evidencia una desadecuada atención de los más vulnerables en situaciones de crisis.
Desde las diferentes organizaciones madrileñas por una alimentación justa y sostenible agrupadas en la Plataforma Madrid Agroecológico y Carta contra el Hambre alertamos de esta situación e instamos a la presidenta a abordar la compra pública alimentaria poniendo en el centro la salud de estas niñas y niños. Pedimos a la Administración Regional que cuente con el tejido productivo de las pequeñas empresas, con los proyectos productivos agroecológicos y los servicios de catering de comida saludable, contribuyendo a su viabilidad y a recuperar esos empleos en estos tiempos de crisis.
El puerta a puerta y otros modelos para llegar a los colectivos vulnerables.
Los proyectos agroecológicos están dando ejemplo de flexibilidad y capacidad de adaptación. Su modelo se basa en la venta directa, pero los mercados de calle han desaparecido y han cerrado los centros donde los grupos de consumo hacían los repartos. Ante esta situación se han ofrecido a intensificar los repartos a domicilio: “la gente está cada vez más asustada y no quiere salir, les llevamos los pedidos a casa”, nos cuenta Luis, “también podríamos hacer las entregas a los caterings o a las propias familias beneficiarias del programa”. Estmos habilitando un espacio online para facilitar el contacto con proyectos productivos que ofrecen ese reparto. Pueden además aportar esa experiencia de micro-distribución para los programas públicos de ayuda alimentaria, llevando la agroecología hasta los colectivos y los hogares más vulnerables.
Hay ejemplos de políticas públicas que han conseguido enfrentar el problema sorteando las grandes empresas y apoyando el tejido productivo local. Es el caso de Getafe, donde el Ayuntamiento ha ampliado el servicio de comida a domicilio para personas mayores y ha habilitado cuatro colegios para entregar la comida diaria a menores que cuentan con beca de comedor durante el curso, apoyándose para ello en la empresa que realiza las actividades extraescolares municipales, quien hará la entrega de esta comidas mientras los colegios permanezcan cerrados. En la Comunidad Valenciana han optado por ‘vales beca comedor‘ de compra gratuita de productos alimentarios en los establecimientos de las cadenas Consum y Charter.
En la Comunidad de Madrid algunos expertos abogan por un ingreso extraordinario en concepto de necesidades de alimentación, directo a las familias beneficiarias del programa de menús a precios reducidos
Fuera del ámbito institucional, proyectos agroecológicos autogestionados están ofreciendo apoyo a los colectivos más vulnerables: “las personas migrantes sin papeles de Lavapiés no pueden salir ni vender ahora y están en una situación extrema. Por eso desde la cooperativa agroecológica vamos a socializar las cestas, para entregárselas a través de la red antirracista de apoyo a migrantes Migrapiés” explican desde el BAH!, una de las cooperativas agroecológicas más veteranas de Madrid
Lo que nadie cuestiona es que las familias en situación vulnerable de la Comunidad de Madrid necesitan una alimentación sana. La pequeña producción ecológica local puede ser la respuesta a la emergencia sanitaria y necesita apoyo institucional para afrontar esta crisis sanitaria y la socioeconómica que le sucederá.