Desde Madrid Agroecológico estamos explorando posibilidades de conectar las despensas solidarias con proyectos agroecológicos. Creemos que la respuesta a la emergencia alimentaria y la “ayuda” alimentaria no debería basarse en aportar alimentos que se compran en las grandes superficies, que son parte del mismo modelo productivo y de consumo que genera exclusión.
Buscando experiencias emancipadoras de las que aprender, el lunes 23 disfrutamos una sesión de autoformación con compañeras de Alterbanc, la Yumba Cooperativa y la Villana de Vallekas. Nos dieron algunas claves sobre las que seguir trabajando:
Alterbanc surgió en Barcelona, en pleno confinamiento para entregar canastas con productos orgánicos a familias afectadas por la crisis económica causada por la pandemia El buen funcionamiento de Alterbanc se apoya en tres elementos clave:
- Contaban ya con red de payeses que podía aportar alimentos frescos recién cosechado
- Existía una red de apoyo mutuo, con conexión con comercios de barrio,donde se conseguían donaciones que se transforman en vales para la población con dificultades, que puede comprar de manera autónoma sus alimentos.
- Existían una entidad Ecocentral, que había desarrollado toda la logística para abastecimiento agroecológico a centros escolares…. Que estaban cerrados
Se contó con una línea de subvención que permitía pagar a esa distribución, para atender a 140 familias con un modelo que rompe con la lógica asistencialista de los bancos de alimentos más tradicionales.

Yumba cooperativa. Buenos Aires, 2014, las clases populares se organizaron para enfrentar la gran crisis económica, haciendo compras comunitarias. En 2019 ya son 2.3000 socias. Aunan luchas, para logar que los alimentos agroecológicos de la economía social llegue a las clases populares. La red que crearon (productoras, cooperativas de trabajo, cátedras… ) le compra directamente alimentos agrocoelógicos de empresas recuperadas (¡apuntemos el concepto!)
La Villana de Vallekas, un proyecto de sindicalissmo social nos permite entender, en clave local cómo se articula la despensa solidaria con la Unión de Huertas Agroecológicas, UHAm, pagando un precio justo a la vez que se obtenía comida de donaciones . La explosión de solidaridad de la primera fase del confinamiento dotó de medios económicos a la iniciativa que alimenta a entre 70 y 80 familias. Ahora, mantenerlo es todo un reto y está por ver si la despensa autogestionada, da cohttps://www.lavillana.org/ntinuidad o busca maximizar lo que puede comprar.
Una constante se repite en todos los casos: alianzas, nexos de unión y principios claros de resolver los problemas desde lo colectivo y la autogestión, sin dejar de reclamar las responsabilidades públicas.