Nos hemos acostumbrado a usar palabras hermosas: justicia social, soberanía, autonomía… y está bien pararse un momento y pensar si nos están sirviendo para comunicar o para confundir. El lenguaje es, cómo no, una herramienta maravillosa para esta reflexión colectiva desde la agroecología en la que estamos embarcadas. Pero ¿nos entienden cuando hablamos? y nosotras, ¿queremos decir lo mismo cuando usamos las mismas palabras?