
Jornada de trabajo colectivo en la huerta de BAH Perales
Agroecología en acción
Hay en Madrid varias iniciativas que integran producción, distribución y consumo de productos ecológicos de huerta, cronstruyendo espacios de relación e intercambio al margen de las reglas del mercado y del Estado. En ellas no tienen cabida palabras como oferta y demanda, precio o ganancia,gestión vertical o jerarquía. Las han sustituido otras más bellas como autogestión, asamblea, compromiso y corresponsabilidad.
Hablamos de Bajo el Asfalto está la Huerta (BAH!) y Surco a Surco (SaS), que desde 2000 y 2002 están demostrando que es posible un modelo alternativo de producción y consumo con el objetivo de avanzar hacia la soberanía alimentaria, a partir de la agroecología, la autogestión y el asamblearismo.
Hablamos también de Me Planto o A Casco Puerro. Su modelo organizativo va más allá de los grupos de consumo ecológico tradicionales, ya que no se establecen relaciones comerciales entre las personas productoras y los grupos de consumo pertenecientes a la cooperativa, sino que ambas partes están igualmente comprometidas en un proyecto cuyo objetivo no es el lucro sino la satisfacción de necesidades.
La huerta de los cuidados
Somos conscientes de los problemas que genera el actual modelo de consumo: desigualdad social, relaciones comerciales injustas, destrucción ambiental, problemas para la salud… Las cooperativas intentan construir una propuesta productiva alternativa, que permita cubrir las necesidades de alimentos a la vez que ofrece un ejemplo de que es posible mantener un modelo agrario basado en el respeto al entorno, la solidaridad y la gestión compartida del trabajo y de los riesgos.
Cultivan según los principios de la agroecología, que intenta revalorizar miles de años de saber campesino, que ha sabido adaptase a sus entornos naturales, creando agroecosistemas sostenibles en diálogo con la naturaleza:
- Cuidan de las semillas, conscientes de que la autogesión de las semillas está en la base de los procesos de soberanía alimentaria y es esencial para asegurarse el control sobre la producción de los alimentos.
- Cuidan del suelo y los cultivos, con verduras locales y de temporada, tratadas exclusivamente con métodos de agricultura ecológica para cerrar ciclos y combatir plagas y enfermedades.
- Se cuidan entre ellas también y crean espacios comunes donde escucharse y compartir, porque saben que son las personas que forman parte de estos proyectos (con toda su diversidad), las que harán que sigan vivos.
El avance en colectividad
Tomamos prestado el título de Albert Hirschman, porque su título sintetiza bien el espíritu del BAH y el SaS. En ese “avance en colectividad”, se da desde el principio una relación de compromiso mutuo en la que las personas trabajadoras se comprometen a producir y distribuir las verduras y el grupo de consumo a consumir y participar en la gestión. Todo desde los principios de cooperación, autogestión, asamblearismo, anticapitalismo e inserción en los movimientos sociales.
Tienen un sistema de reparto semanal. Cada martes (o miércoles, según el grupo), reciben una cesta que resulta de dividir la producción entre lxs consumidorxs, de manera equitativa. Las personas del Grupo de Trabajo o Grupo de Güerta se encargan de realizar la planificación anual de los cultivos y constituyen la principal fuerza de trabajo. Reciben una asignación económica, además de la cesta semanal de productos de la huerta, pero sin que esto constituya una relación salarial o laboral de carácter vertical, dado que el capital de la cooperativa es social y la gestión horizontal y asamblearia. La estructura de relaciones de la cooperativa desmercantiliza en cierta medida el consumo, pues el valor de los productos no es el del mercado, sino el que se acuerda entre todas las personas participantes, de manera que se asegure la viabilidad del proyecto. Las decisiones y los problemas se asumen entre todas y todos.
Siguiendo también el modelo de “Agricultura apoyada por la comunidad” CSA, organizan domingos o sábados verdes, jornadas de trabajo colectivo para apoyar al grupo de huerta, que permite a la gente de los grupos de Madrid conocer y establecer vínculos con la tierra que les abastece de alimentos. También organizan Acciones Colectivas, que sirven para difundir este modelo alternativo y la agroecología y para complementar los ingresos obtenidos a través de las cuotas. Porque les parece importante mantener una cuota asequible, y conseguir que el consumo de verdura ecológica no sea elitista. Así que una parte de los fondos necesarios para seguir funcionando no vienen de cuotas individuales, sino de estas acciones colectivas.
De las huertas periurbanas a los barrios
Como se ha visto, en este modelo, desaparecen los intermediarios. Además, por cuestión de principios, consideran que para mantener el carácter asambleario, los grupos no pueden crecer indefinidamente. Por eso cuando el BAH empezó a tener un tamaño considerable, se optó por replicar el modelo con nuevos grupos. En la actualidad hay tres BAH!, BAH-Perales y BAH-San Martín (de la Vega) situados en la Vega del Tajuña y otro más BAH-Galápagos, en Guadalajara. La huerta del SaS está en La Iglesuela (Toledo), en el Valle del Tiétar, a unos 100 km de Madrid.
En cada una de estas localidades hay un grupo que trabaja la huerta, que se articula con varios grupos de consumo en Madrid (o de su entorno más próximo, en el caso de Galápagos). En el SAS son siete los nodos de reparto: Aluche y La Ramona, ambos en el barrio de Aluche, Carapiés y La Karakola en el barrio de Lavapiés, Batán, Villaverde y La Piluka, del barrio del Pilar. En el BAH-Perales hay ocho grupos: en La Prospe en Chamartín, La Elipa, El EKO en Carabanchel, Estrecho y Tetuán y Tirso y Lavapiés en el Centro de Madrid. BAH-San Martín tiene grupos en Lavpiés, Rastro y Aluche. Es habitual que estos grupos hagan el reparto en centros sociales o asociaciones de vecinos, lo que permite a su vez insertarse en las dinámicas de los barrios e ir creando tejido social.
Para participar en el BAH o en el SaS basta con integrarse en uno de los grupos de reparto, recoger la cesta y aportar la cuota mensual, ayudar en el reparto cuando te toque, acudir a la huerta algún domingo verde para cuidar de las verduras que vas a comer, participar en acciones colectivas y asistir a las asambleas, que son los espacios de reflexión y decisión. Además hay distintas comisiones de trabajo para responder a distintas necesidades como el manejo de la contabilidad, la gestión de la salud y los cuidados o la mediación en conflictos internos.
Tanto el BAH como el SaS son, sobre todo un espacio de encuentro y aprendizaje colectivo, posibles gracias a todas y cada una de las personas que los conforman, que contribuyen con su trabajo y sus conocimientos a mantener y mejorar los proyectos. Estas “cooperativas informales”, a pesar de su tamaño reducido, sus problemas y contradicciones, muestran cómo se pueden satisfacer necesidades fundamentales a través de un proceso de organización colectiva, articulado mediante relaciones horizontales. Son ejemplos prácticos y replicables de un modelo de producción y consumo alternativo al impuesto por el capitalismo globalizado; un modelo que antepone las satisfacción de las necesidades de la mayoría de las personas al enriquecimiento de unas pocas y que cuida la tierra y los ecosistemas que sustentan la vida.
Mapa con los grupos de reparto en Madrid:
P
ara saber más https://www.diagonalperiodico.net/movimientos/bah-diez-anos-produccion-y-consumo-sin-intermediarios.html